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¿Magia o Evolución? El "Mono Drogado" de Terence McKenna


Terence McKenna era, y sigue siendo, un gigante en la comunidad psicodélica. Sin embargo, su alcance fue mucho más allá de los que conocen los enteógenos. McKenna se convirtió en un ícono de la cultura pop, autor, conferencista y formidable defensor de los psicodélicos en el escenario mundial. Probablemente lo hayas escuchado mencionar su nombre en muchos de nuestros otros artículos y blogs.


¿Quién fue Terence McKenna?


Terence McKenna (1946-2000) fue un reconocido etnobotánico, autor, conferencista y defensor de los psicodélicos en Estados Unidos. En 1992, publicó un libro que se convertiría en un clásico moderno: "La comida de los dioses: En busca del Árbol de la Ciencia Original: Una historia radical de las plantas, las drogas y la evolución humana". En esta obra, presentó su revolucionaria teoría del "Mono Drogado".





¿En qué consiste la teoría del "Mono Drogado"?


La teoría del "Mono Drogado" plantea que el desarrollo acelerado de la conciencia humana pudo haber sido desencadenado por una fuente inesperada: ¡los hongos mágicos!


Según McKenna, hace aproximadamente entre 2 millones y 700,000 años, los cerebros de nuestros antepasados Homo erectus experimentaron un crecimiento significativo en tamaño.


Posteriormente, los Homo sapiens, es decir, nosotros, presenciamos un aumento aún mayor en el tamaño cerebral entre hace 100,000 y 500,000 años. Sin embargo, hasta el día de hoy, no se ha alcanzado un consenso científico sobre la explicación exacta de este rápido desarrollo evolutivo.


Imagina esta escena fascinante: los primeros humanos abandonan los confines de los árboles y comienzan a vivir en grupos. Mientras rastrean y domestican manadas de animales, se encuentran con el estiércol dejado por estos animales. En este entorno, los hongos, específicamente la psilocibina o los hongos mágicos, comienzan a crecer. Al consumir estos hongos juntos, los seres humanos primitivos experimentaron los efectos psicodélicos que estos producen. La psilocibina actúa de manera similar a como lo hace hoy en día, abriendo las puertas de la percepción y ampliando la mente. Según McKenna, este proceso catalizó el desarrollo acelerado de la capacidad humana para procesar información, imaginar y pensar de manera abstracta.


En palabras de McKenna, "Homo sapiens se elevó hacia una conciencia superior a través de nuestra alimentación".


El nacimiento del lenguaje


Incluso el desarrollo del lenguaje podría estar íntimamente ligado a esta hipótesis. La psilocibina es conocida por inducir un estado cerebral similar a la sinestesia, en el cual los diferentes sentidos, como la visión y el sonido, se combinan y se interrelacionan. Esto podría explicar cómo los primeros humanos comenzaron a establecer asociaciones entre lo que veían y los sonidos que producían con sus bocas. Esta conexión sinestésica podría haber sido el punto de partida para la creación de un sistema simbólico que más tarde evolucionaría en el lenguaje tal como lo conocemos.


Fortalecimiento de la comunidad


Los sentimientos de interconexión y empatía que los hongos mágicos promovieron en los primeros humanos probablemente fortalecieron la cohesión de la comunidad, lo cual fue fundamental para el éxito de nuestra especie. Además, McKenna argumentó que el aumento de la excitación sexual como resultado del consumo de hongos (aunque esta afirmación no ha sido respaldada por evidencia científica sólida) también habría contribuido al crecimiento de la población humana. Además, es posible que los primeros rituales religiosos y ceremoniales estuvieran basados en las experiencias psicodélicas inducidas por los hongos mágicos.


El legado de la relación psicodélica


Hoy en día, la teoría del "Mono Drogado" de McKenna ha sido objeto de controversia y ha sido ampliamente debatida por la comunidad científica. Aunque algunos la consideran una explicación demasiado simplista para el enigma de la conciencia humana, sigue siendo un argumento cautivador que invita a la reflexión en torno a una pregunta fundamental que quizás nunca obtenga una respuesta definitiva. Sin embargo, McKenna merece reconocimiento por haber sido uno de los primeros en señalar lo que la ciencia actualmente está comenzando a aceptar: que la psilocibina y otros psicodélicos pueden ser herramientas revolucionarias para el bienestar del cerebro. Con cada vez más resultados prometedores provenientes de estudios sobre psicodélicos, es posible que, aunque los hongos mágicos no hayan sido los creadores de la conciencia humana, en un futuro cercano puedan desempeñar un papel importante en su mejora.



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