Aprendiendo a surfear las olas del caos con un toque mágico de hongos
Nuestras emociones son como el menú de un restaurante de cinco estrellas: tenemos felicidad, tristeza, ira, amor, ¡y mucho más! A veces, la vida se siente como si estuviéramos en una montaña rusa malvada que no nos deja bajarnos, ¡pero hey, podemos aprender a disfrutar del paseo, gritar de emoción y hasta pedir una segunda vuelta! ¡Vamos a dar vueltas juntos y a disfrutar al máximo!
La vida, con su infinidad de experiencias, a menudo se describe como una montaña rusa: subidas emocionantes, caídas que revuelven el estómago, giros inesperados y bucles estimulantes. Son nuestras emociones las que alimentan este viaje salvaje. Desde momentos de pura alegría hasta momentos de profunda tristeza, nuestro viaje por la vida está marcado por un caleidoscopio de emociones que pueden hacernos sentir tanto regocijados como exhaustos. Sin embargo, en medio de los altibajos, hay una verdad profunda: aprender a subirse a la montaña rusa emocional es esencial para encontrar la felicidad y la plenitud.
¿Recuerdas cuando eras pequeño y veías con envidia el letrero que decía "Debes ser así de alto para subir"? A veces, como adultos, es tentador desear haberse quedado un poco más bajitos, con los pies en la tierra firme, disfrutando de un algodón de azúcar y viendo a los demás pasar velozmente. Pero, ¿quién necesita montañas rusas cuando puedes disfrutar de una buena dosis de diversión en el carrusel de la vida? ¡Agárrate fuerte a tu caballo de madera y disfruta del viaje con una sonrisa en el rostro!
A veces, la vida te da vueltas
Quizás seas una persona que no se preocupa por las cosas pequeñas. Pero aun así, los grandes momentos de la vida (como graduarse, tener un hijo, enamorarse, romper, ascender, perder el trabajo) no pueden evitar hacer que hasta el pepino más genial se vuelva loco. Podrías ser el tipo de persona que se preocupa por todo : grande, pequeño, microscópico, lo que sea. .. En ese caso, ya sabes todo sobre la montaña rusa, el tren fantasma y el vals en el que estás atado. Con cada subida, no podemos evitar esperar una caída. ¡Mira! La alegría de tener tu primer hijo. ¡Entonces! La preocupación de si serás un buen padre... ¡ damos vueltas y vueltas, arriba y abajo!
Surfear las olas del caos de la vida
Las emociones son como los colores de un lienzo que van creando la obra de arte de nuestra vida. Nos guían a través de los altibajos con sinceridad, agregando profundidad y significado a nuestras experiencias más intensas. Sin embargo, enfrentar estas emociones puede resultar abrumador, sobre todo en los momentos de éxito o fracaso. Es en esos momentos cuando se nos presenta la oportunidad de abrazar todas las emociones humanas y aprender de cada experiencia.
El primer paso para gestionar nuestras emociones es aceptar su existencia. Al igual que una montaña rusa tiene sus altos y bajos, la vida también tiene sus momentos de alegría y tristeza. Negar o reprimir nuestras emociones solo las intensifica, generando un ciclo de malestar interno. En cambio, al reconocer y aceptar nuestras emociones tal como son, podemos aprender a manejarlas y utilizarlas como herramientas para crecer personalmente.
Adquirir un cinturón de seguridad psicodélico
Reconocer y aceptar tu estado emocional puede ser un desafío, pero existen varias formas de hacerlo de manera sana. Terapias tradicionales, como la terapia, la meditación y la atención plena, son herramientas efectivas para abordar tus emociones. Sin embargo, en los últimos años, muchas personas también han comenzado a explorar el uso de la psilocibina, un compuesto psicoactivo presente en las setas mágicas y las trufas. Aunque anteriormente se consideraba una droga recreativa, la psilocibina ha ganado reconocimiento por sus posibles beneficios terapéuticos y su capacidad para promover el bienestar emocional. Es importante recordar que la psilocibina debe ser utilizada con precaución y bajo la supervisión de profesionales calificados.
Actualmente, diversos estudios respaldan el uso de la psilocibina como un tratamiento efectivo para una amplia gama de problemas de salud mental, incluyendo la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático, la adicción y la anorexia, entre otros. Se ha encontrado que las personas que consumen microdosis de psilocibina tienen una mejor salud mental en general en comparación con aquellas que no lo hacen. Esto sugiere que la psilocibina podría ayudar a regular y comprender las emociones, permitiendo a las personas navegar de manera más equilibrada por el complejo viaje de la vida. En resumen, la psilocibina podría ser considerada como un "cinturón de seguridad psicodélico" que nos ayuda a enfrentar los desafíos emocionales de la vida de manera más efectiva.
Salir de tu "Yo"
La psilocibina nos ofrece la oportunidad de explorar nuestro interior y dejar de lado las barreras que hemos construido en torno a nuestra identidad. O dicho de otra forma a salir del "yo". Al abrir nuestra mente a nuevas perspectivas, podemos descubrir emociones y sentimientos que habíamos reprimido o ignorado. Al liberarnos de estas cargas emocionales, podemos experimentar un sentido de alivio y claridad que nos permite crecer y sanar. Es como subir a una montaña rusa emocional, donde cada giro y vuelta nos lleva a lugares inesperados, desafiando nuestras creencias preconcebidas y permitiéndonos ver las cosas desde una nueva luz.
Según estudios, la psilocibina puede reducir temporalmente la actividad de nuestra red neuronal predeterminada (RND), la cual está relacionada con nuestra identidad. Cuando la RND está demasiado activa, puede causar ansiedad, pensamientos negativos y una baja autoestima. Al "apagar" temporalmente esta parte del cerebro, podemos entender de manera más objetiva nuestros sentimientos reales, en lugar de lo que creemos que deberíamos sentir. Esto nos permite explorar nuestras emociones de forma diferente y comprender mejor su origen. De repente, podemos visualizar con claridad el camino que tenemos por delante.
"Me sentí conectado de forma directa con mi subconsciente"
Informes anecdóticos también respaldan esta afirmación. En Reddit, un terapeuta compartió su experiencia sobre cómo el uso de hongos mágicos le ayudó a identificar y enfrentar sus emociones reprimidas. Esto demuestra cómo los psicodélicos pueden ser utilizados como herramientas para explorar y procesar aspectos emocionales de uno mismo.
“Yo soy terapeuta. Recientemente tomé 2,5 g de hongos mágicos para facilitar la exploración de algunas tendencias de apego evitativo en mí. La experiencia fue muy aterradora e igualmente profunda. Me sentí como si hubiera salido de mi “cáscara/carcasa del ego” y pudiera mirarme a mí mismo, a los demás y a mi pasado sin estar a la defensiva.
Además, al estar indefenso, también pude experimentar las emociones asociadas con cada uno, emociones que previamente había negado de alguna manera. En resumen, sentí que tenía una línea directa con mi inconsciente de una manera que facilitaba ideas estrechamente relacionadas con la pregunta que les planteaba a los hongos cuando los tomaba." — u/PerformerFrequent658
Preparándote para la caída
Una vez que hemos tomado conciencia de nuestras emociones, el siguiente paso es trabajar en fortalecer nuestra resiliencia emocional. Así como un atleta se entrena para enfrentar los desafíos que se le presentan, nosotros también debemos estar preparados para enfrentar las dificultades de la vida. La resiliencia se construye a través de la autoconciencia, la práctica de la atención plena y la disposición para enfrentar nuestros miedos. La psilocibina nos ayuda a sentir una mayor conexión con el mundo que nos rodea, desde nuestras relaciones con los demás, la naturaleza y el universo en su conjunto. Muchas personas experimentan una sensación de unidad y un sentimiento de fortaleza y poder mientras o después de consumir setas mágicas. Nos recuerda que estamos interconectados y que nunca estamos solos.
La energía positiva que nos rodea nos ayuda a enfrentar nuestras emociones de manera positiva en lugar de dejarnos llevar por el miedo. Esta conexión con los demás nos permite buscar y recibir apoyo, lo cual es fundamental para nuestro proceso de curación. Al desarrollar habilidades para manejar nuestras emociones de forma saludable y contar con el respaldo de nuestros seres queridos, podemos superar cualquier desafío emocional con determinación y valentía.
La montaña rusa emocional de la vida nos enseña la importancia de la perspectiva. En medio de los altibajos y la incertidumbre, es fácil perder de vista el panorama general. Pero al dar un paso atrás y mirar las cosas desde una nueva perspectiva, podemos encontrar belleza y significado en situaciones que parecen desafiantes. Encontrar gratitud en momentos difíciles o descubrir alegría en medio del dolor nos ayuda a recuperar el control de nuestras emociones y encontrar paz en medio del caos. Cambiar nuestra perspectiva nos permite ver las cosas de forma diferente y encontrar la calma en medio de la tormenta.
'Explora' tus emociones
Se ha descubierto que el uso de psilocibina puede mejorar la gratitud y la capacidad de apreciar los pequeños momentos de nuestra vida cotidiana. Los viajes psicodélicos pueden cambiar nuestra perspectiva y abrir nuevas formas de pensar. Ya sea que se tome en dosis pequeñas o grandes, la psilocibina puede ser una forma de dedicar tiempo a nuestra mente, cuerpo y espíritu. Conocernos a nosotros mismos nos permite manejarnos mejor emocionalmente y aprender a fluir con los altibajos de la vida en lugar de ser arrastrados por ellos. Tener la fortaleza para resistir y quizás incluso disfrutar de los desafíos de la vida es un poder que solo nosotros poseemos.
Descubrir la alegría en medio de los altibajos y desafíos
En definitiva, aprender a manejar las emociones y los altibajos de la vida no se trata de evitar el malestar o buscar la felicidad constante. Se trata más bien de aceptar la totalidad de la experiencia humana: los momentos buenos y malos por igual. Al comprender nuestras emociones, desarrollar la capacidad de recuperarnos, cambiar nuestra forma de ver las cosas y utilizar herramientas como la terapia con psilocibina, podemos aprender a navegar por los desafíos de la vida con mayor facilidad y encontrar la felicidad en medio de ellos. Así que la próxima vez que te encuentres en una montaña rusa emocional, recuerda aferrarte, disfrutar del viaje y encontrar belleza en los desafíos que se presentan en el camino. Porque al final, son esos desafíos los que hacen que el viaje merezca la pena.
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